Las ondas electromagnéticas tienen una función fundamental para todos los seres vivos: controlan y regulan las “biocorrientes” del propio cuerpo. Si esto se ve permanentemente "interferido" desde el exterior por electrosmog, los circuitos de control biológicamente sensibles pueden desincronizarse.

Los lugares de trabajo modernos están llenos de fuentes de electrosmog. Nos sentamos rodeados de ordenadores, portátiles, faxes, teléfonos, fotocopiadoras e impresoras y, a menudo, tenemos que estar accesibles en todo momento. Usamos auriculares, teléfonos inteligentes y tabletas, trabajamos bajo luces de neón, usamos lámparas de bajo consumo y hay una torre de telefonía celular cerca. WLAN, UMTS y Bluetooth garantizan una rápida transferencia de datos: estamos permanentemente en línea gracias a una tarifa plana.

Los niños y jóvenes suelen pasar horas sentados delante del ordenador, charlando con su smartphone o haciendo llamadas a través de un teléfono inalámbrico y escuchando música sin parar en sus oídos a través de su reproductor MP3.

A largo plazo, cada vez más personas reaccionan de forma sensible al electrosmog. Coloquialmente se le conoce como “sensibilidad al electrosmog”. La radiación electrosmog permanente puede desencadenar diferentes trastornos del estado de ánimo en cada individuo. El MEDISEND®protect puede ayudarle a fortalecerse contra las perturbadoras olas.